Muy agradable el hotel y el personal del mismo. Es muy céntrico y todos los lugares icónicos de Barcelona están a una distancia razonable. El bar del hotel es super agradable, y la decoración es preciosa.
La habitación disponía de calentador de agua, nevera y congelador, baño (un poco pequeño) con secador de pelo, y era espaciosa para dos personas.
Si tuviese que poner un pero es algo de inseguridad en ese barrio, al estar cerca de las Ramblas y no demasiado lejos del Raval, donde al llegar de noche nos encontramos con algún que otro personaje que asustaba, aunque esto no es crítica al hotel, que no tiene culpa de nada.
En general, un lugar bastante recomendado.