personal súper antipático. sobre todo los del desayuno. tenían una cara de amargados y las miradas de asco que te echaban eran de risa. Todo porque llegamos 15 minutos antes de la hora del cierre del desayuno. En fin, fatal. La cama tenía una de las patas rotas y chirriaba que no veas… el wc estaba tirando agua desde que llegamos, y tuvimos que cerrar la llave de paso para dormir porque sino no habríamos podido.
Luego, las almohadas, un auténtico horror, que daban miedo; nos despertamos con tortícolis, que parecíamos piezas de lego.
Y, por último, la ventana de la habitación daba al patio, una de las zonas comunes que había en esa residencia, lo que suponía que tenías que dejar las cortinas cerradas todo el rato, porque si las dejabas abiertas te veía todo el mundo desde ese patio… yo no sé cómo hicieron una habitación en ese punto; intimidad 0.
Solo estuvimos una noche, pero fue terrorífica, hubiera preferido estar en una peli de terror, antes que en ese sitio.
Todo esto es mi opinión y no va con malos rollos, en algunas partes dramatizo pero para darle un toque un poco irónico a la historia.