La llegada fue correcta y la atención muy buena. Hotel cercano a una carretera bastante transitada, pero no tuvimos problemas con el ruido, tanto la cafetería como el restaurante bastante bien para comer o cenar. Mejorable el desayuno. La habitación para 4, enorme. El aire acondicionado extremadamente ruidoso y un detalle curioso es que la puerta del baño es de cristal así que hay poco margen para la intimidad. En la puerta de entrada hubo que poner una toalla enrollada para evitar que entrase la luz del pasillo. Lo peor algunos ocupantes del hotel con 0 respecto a los que les da igual si son las 6 de la mañana o las 2 de la madrugada, que hacen caso omiso de los carteles que hay en los pasillos, y del sentido común, y van hablando a gritos como si estuvieran solos en el hotel.