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Después de un viaje agotador es horrible tener que subir tantas escaleras y encontrarte con una habitación que no tiene muchas comodidades.
La ubicación es muy buena, pero la noche del viernes no se puede dormir por el ruido de los botellones. Y es además el picadero de las "parejas", que lo alquilan por horas y forman escándalos ya por la tarde.
Lo único bueno es el personal, sobre todo la camarera de habitaciones. Pero lo demás deja mucho que desear.
María Josefa
ทริป 3 คืน