La ubicación es excelente, en pleno centro a dos cuadras de la playa. Lo malo, que no hay recepción permanente, no tienes a quien acudir si se presenta algo, solo te entregan las llaves de tu apartamento y de la entrada principal, en ese sentido te sientes solo. La señora del aseo no trabaja los domingos. El apartamento lo asean el sábado y luego hasta el día lunes. No tienes a quien solicitarle toallas o elementos de aseo. No permanece nadie allí, solo los demás huéspedes.