Lo mejor son las instalaciones renovadas y la cercanía a la playa. Lo peor de todo es la gente que va a dicho complejo, al menos en dos de los cuatro días que estuvimos. LLegamos el lunes 21 de junio y era un mar de tranquilidad y así estuvo hasta el miércoles por la tarde (víspera de San Juan) en el que llegaron varias personas de una misma familia ocupando varios apartamentos. A partir de ese momento era como estar en una auténtica barriada, gritos desde primera hora de la mañana, la piscina totalmente ocupada por 15 o más personas de esa familia, pegando gritos, jugando a la pelota y con la música pachanguera a un volumen bastante alto. Al no haber nadie en recepción, esta gente pensó que estaban en el polígono desde el que seguramente vinieron e hicieron lo que les pareció ya que ningún personal del complejo estaba allí para poner orden en las instalaciones. Nos fuimos el viernes 25 de junio con cierta tristeza pero también con alegría de abandonar tanto escándalo. Una pena ya que el sitio es encantador.