Antonio es muy amable y se pone a tu disposición para lo que necesites. Además te aconseja y creo que con muy buen gusto. Su casa (porque más que en un hotel, te sientes en su casa), es muy bonita y cómoda. Nuestra habitación (la brighton) tiene un baño muy grande y una terraza propia (anexa a otra de la otra habitación pero se puede aislar mediante celosía). La cama es muy grande y por la habitación te puedes mover bien.
Por poner un pero, para mi gusto, el colchon era duro y las almohadas blandas (yo lo prefiero al revés). Lo de las almohadas me lo solucionó antonio dándome otra, y el colchón, es que ni le dije nada, porque es cuestión de gustos.
En cuanto al desayuno, lo tiene todo pensado, y te da mil opciones, dulce, salado,... todo muy variado y muy rico.
Sin duda hemos acertado con el sitio, y repetiremos, eso seguro!