Lo bueno: ducha caliente y buenos colchones para dormir. Lo malo: toallas con olor a humedad, desayuno mediocre, no se incluye en la descripción del hostal que las habitaciones están alternando con negocios y lo peor de todo es que hay una discoteca justo arriba, con música a todo dar hasta la 1 de la madrugada, a lo que hay que sumarle los grupos de borrachos que se quedaban después gritando y riendo ruidosos, hasta más de las 2 de la madrugada sin poder dormir, lo que hizo que nuestra estadía familiar fuera pésima