El hotel se encuentra encima de una tienda de pianos, lo cuál hizo que fuera bastante complicado encontrarlo, porque tampoco hay ninguna señal que lo indique. La chica de la recepción fue super maja y muy agradable. La habitación muy amplia aunque unos de los puntos más negativos que le vi fue que las camas y las almohadas era muy pero que muy blandas y me dificultó el dormir. Otro punto negativo fue que las habitaciones están en la segunda planta y tienes que subir las maletas por las escaleras porque no hay ascensor. El hotel es antiguo y eso se nota sobretodo en que cuando pasaba algun autobús o vehículo grande por al lado de este , notabas un ligero temblor. Y por último, no pasaron a limpiar nuestra habitación. Por todo lo demás la estada estuvo bien, tienes una zona común con cocina para todas las habitaciones, con cafetera incluida, lo cuál nos gustó mucho.